sábado, 4 de octubre de 2008

Cuestión de principios

A lo largo de la historia...
¡Qué aburrido!
Vuelvo a empezar:
Arrancó la jeringa
de su brazo y descubrió
una nueva galaxia.
Ajjjj, quizás muy bestia...
Con su mano en el pecho
rompió a llorar porque
su amor nunca regresaría.
Ummm, qué ñoño...
La puta se enamoró
de él, creía que sería
como en una película,
la quitaría de hacer la calle,
pero él volvió con su mujer,
a su triste vida sin sexo
y con problemas de dinero...

Da igual el comienzo,
hoy dan igual los principios,
tan sólo hay que hablar
de amores imposibles...
El amor es lo que
nos conmueve. Vernos
reflejados en alguien,
ser lo que hubiésemos querido,
conocer intensas historias.
Y después de todo,
sin darnos cuenta,
olvidarnos de lo especiales
que somos...

La conoció una noche
de otoño, no de primavera,
los presentaron en un bar,
borrachos, se preguntaron:
¿estudias o trabajas?
¿Estás con alguien?
¿Te vienes a mi casa?
¿Volveré a verte?
¿Un café mañana?
¿Me cuentas tu vida?
¿Te gusta el cine?
¿Te presento a mis amigos?
¿Me quieres?
¿Te calleron bien mis padres?
¿Vamos muy deprisa?
¿Cuánto me quieres?
¿Vivimos juntos?
¿Me la estás pegando?
¿Me has mirado el móvil?
¿Me sigues queriendo?
¿Por qué ya no follamos tanto?
¿Tenemos hijos?
¿Nos compramos una casa?
¿Nos casamos?
...

Las historias de amor
pueden ser aburridas y sencillas,
entrañablemente sencillas y bonitas
si las vives intensamente...