martes, 22 de septiembre de 2009

El reloj

Miras sin conocer a nadie,
parecen almas distintas.
La cara del otro día,
los ojos que resbalaron
por tu espalda,
la sonrisa que no llegó
a tener vida ni
te dio esperanza.

Cruzas la vida
sin rimas, deprisa,
sin estima por nadie,
buscando tu gloria,
nadie te lo reprocha.
La última vez
que el dolor fue tan intenso
que lloraste sin testigos
no te hizo inmune,
sigues siendo humano.
Las horas no pasan,
miras tu muñeca
y todo está igual,
se te olvidó ser feliz.
Hoy, nada de mañana,
no te olvides de reír.

martes, 8 de septiembre de 2009

Se acabó volar

Las lágrimas resbalan por tus mejillas,
encuentras a Dios por las esquinas,
se llama Peter, después de un Pan, explotas,
ríes sin más. Vuelves a por más,
te adentras en la cueva sin Platón,
Arturo te prestó su armadura
para cuando salga el dragón.
Nadie conoce tu yo, lo llaman Freud,
te cuentan que un día quisiste ser
Robin, pero ahora andas sólo por el bosque.
Cada noche, sin día, entre la niebla,
sin amigos, con sexo, con amigas
mientras haya dinero y locura.
La tempestad siempre toca tierra,
el día llega y sólo el destino dirá
en qué situación se quedó cada cual
para seguir caminando junto a Serrat,
porque hay quienes ahora recuerdo
que nunca volvieron a caminar.
Junto al río, las aguas pueden
andar, el mar ya nunca
devolverá el amanecer,
espero que la fuerza,
como en la Guerra de las Tierras,
os acompañe para dar
la vuelta al mundo, tan deprisa,
que podáis ver el atardecer
e incluso recuperar
el próximo amanecer.