domingo, 25 de mayo de 2008

La pérdida y el silencio

Tu hijo se merecía

un adiós que nunca

le di. Tu mujer

un lo siento

que nunca llegué

a pronunciar,

y tú, querido

amigo, un abrazo

sincero que debí buscar.

No supe cómo murió,

ahí dentro,

donde nació.

No supe cómo

afrontar tu dolor,

no supe cómo no saber

nada y todo se hizo

tan grande…

No supe no estar,

pero ten mi brazo,

queda tanto por respirar.

A veces estaré más cerca,

otras habré desaparecido,

entre tinieblas,

bajo la bruma

de nuestras risas,

bajo las palabras

rimadas de tus historias

y nuestros mañanas.

Siempre atento

a no perder,

sigo aprendiendo

a abrazar.

Pero un amigo,

aunque flaquee,

incluso cuando no sepa

hablar de un funeral,

hasta cuando

sus actos te hagan

dudar,

ten por seguro

que a oscuras,

siendo agnóstico,

parenciendo distante,

estará rezando,

en silencio, por

tu llorar.

jueves, 22 de mayo de 2008

Peoma vendido: te prurito tanto

Dices que no me entiendes
cuando utilizo palabras
complicadas para decir
cosas muy simples...
Tal vez tengas razón
y "te quiero" habría que decirse "te quiero",
y la alegría o la tristeza,
no aurora boreal ni lágrima furtiva.
Para ti:
cuando corro por tu cintura
descubro que no sabría
guiar mis manos por otras curvas.
Anhelo la verdad todos los días,
pero en estos tiempos ser tan claro
cuesta caro. Las verdades
inmensas no las soporta nadie,
ni tú, ni yo... aunque todo el mundo
sabe más de lo que dice.
Pero sigue siendo difícil ser un mártir
cuando las ganancias no traen cuenta.
Ayer creí ser un mago,
transformaba el mundo
con dos palabras,
entre cervezas,
arrimado al codo de un buen amigo.
Hoy nada tiene otro color
que el del dinero: perdón;
tu corazón es muy rojo, menos mal.

Mañana miraré mis ilusiones
desde lejos, porque vivo
cada día centrado en no
perder el ritmo de mi respiración
y morirme ahogado, sin
disfrutar del privilegio
de tener mi corazón latiendo.

Perdonen, se olvidó
nombrar a mi alma
con palabras o ideas
complicadas, pero
hoy, como siempre,
intento ser sencillo,
aunque no siempre lo consiga
y oculte mi intimidad
entre laberintos de palabras.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Llorando dormida

Cuando se llora por la muerte

sin haber muertos,

cuando se sufre por el sufrimiento,

cuando recoges tus recuerdos

y los trasladas hasta las almas,

gracias...

Cuando te pliegas como el universo,

con tendencia, absoluta,

sobre unas manos, con susurros,

y tus cabellos acarician los dedos

que los escuchan.

Cuando eres presa

que aguanta el mar,

cuando eres sabia

porque no escuchas

palabras insulsas

y no te frusta

empezar, luchar de nuevo.

Cuando antepones

a los malo

los momentos,

las desdichas, las dichas,

las sonrisas, las lágrimas,

porque a todo subyace la alegría,

porque en realidad sabes

que por ahí, alguien,

a pesar de sus temores,

explotaría... Con sólo una mirada...

viernes, 16 de mayo de 2008

Cuando sigue habiendo distancia

Comiendo pipas…
Un camino angosto
y lleno de furia.
Un atardecer sin
noche, las hadas
tienen ahora
otro nombre.
Entre las ganas
y la desgana.
Bajo el frío
capote de la luna
baja. Lidiando
un miura aplomado.
Sabiendo que tal vez quede
poco para la fuga.
Carantoñas que saben
a nada, porque no tienen
sábanas ni mañana.
Porque no cubren en la fría
noche solitaria.
A buen recaudo
su calor, protege
su ego y el capricho
de su yo.
Olvidando los sudores,
gemidos constantes
de un aullido
que creía tener nombre.
Siendo menos hombre
y más cobarde,
salvando las distancias
lejanas, oscuras y
solitarias. Acunado
en un tesoro,
un intenso fulgor
que no siempre recibe
su eco en la magnitud
en la que se lanza.
Caballero desprotegido,
armado por ventura
de pluma, corazón
y prurito. Sin rastro
de mentira, humilde
ante la belleza,
deshonesto ante
el capricho... olvidó
buscar el cáliz.

jueves, 1 de mayo de 2008

¿Cuánto dura el amor?

Hay amores de un segundo,

una mirada cruzada.

Otros duran media hora,

el sexo une,

pero los sentimientos fríos

cortan el alma.

Aunque hay amores…

que duran toda una vida.

Nacen con una

mirada cruzada,

sobreviven al frío porque

tu alma, más que cortada

fue atravesada y, sobre todo,

porque nunca entienden

de segundos, de minutos,

de horas o de años.