domingo, 14 de diciembre de 2008

El silencio que habla

Hay silencios que hablan
solos, más que las palabras.
Hay palabras que son silencios,
no dicen nada.
Pero un silencio,
en su momento,
es más importante
que mil palabras.
A veces es más difícil saber
qué callar que decir.
Otras tantas, el silencio
es parte de un estado,
porque hay espacios
del hombre en los que
el verbo no es suficiente
para estrujar un momento.

El silencio forma parte
del hombre,
la historia está llena,
tu historia está llena.
Hay silencios dolorosos,
otros felices, también angustiados,
absurdos e innocuos.

El silencio es mentiroso,
dice mucho sin decir nada.
El silencio puede ser inteligente,
porque no siempre se sabe
escuchar, pero no puede convertirse
en el diálogo continuo del que se
cree más inteligente al no exponer
sus palabras al oído.

El silencio es misterioso,
uno espera y espera
a que se rompa,
como el espacio,
surcando el aire,
invisible.

En el silencio anida la
mirada, las caricias.
En el silencio se encuentra
cada cual a oscuras del mundo.
En silencio me quedaré
tras escribir estas
palabras, porque en silencio
recorreran tu alma
tras unos segundos
sin palabras.

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