viernes, 16 de mayo de 2008

Cuando sigue habiendo distancia

Comiendo pipas…
Un camino angosto
y lleno de furia.
Un atardecer sin
noche, las hadas
tienen ahora
otro nombre.
Entre las ganas
y la desgana.
Bajo el frío
capote de la luna
baja. Lidiando
un miura aplomado.
Sabiendo que tal vez quede
poco para la fuga.
Carantoñas que saben
a nada, porque no tienen
sábanas ni mañana.
Porque no cubren en la fría
noche solitaria.
A buen recaudo
su calor, protege
su ego y el capricho
de su yo.
Olvidando los sudores,
gemidos constantes
de un aullido
que creía tener nombre.
Siendo menos hombre
y más cobarde,
salvando las distancias
lejanas, oscuras y
solitarias. Acunado
en un tesoro,
un intenso fulgor
que no siempre recibe
su eco en la magnitud
en la que se lanza.
Caballero desprotegido,
armado por ventura
de pluma, corazón
y prurito. Sin rastro
de mentira, humilde
ante la belleza,
deshonesto ante
el capricho... olvidó
buscar el cáliz.

1 comentario:

sardinita dijo...

un paseo por el recuerdo
mu bonico
*