domingo, 9 de noviembre de 2008

La metralla de la memoria

Agarré tu mano
bajo la metralla
de la memoria.
Supimos decirle
al viento que no
trajera recuerdos.
Borramos de nuestra
cerebro lo necesario,
sólo recordamos
el efecto de tener
nuestros cuerpos
juntos, en un único espacio.
Regresé de viajar,
por enésima vez,
hasta tus ojos,
desde la soledad.
Esperaste, no dejaste
de mirar el ahora,
grité entre las montañas
que ya no era igual,
recogiste en tus manos
los retales de tu alma,
tú tampoco.
Nos dio igual no querer,
no mirar el pasado,
sin hablar...
Los sueños se fueron
tras el Sol del Atlántico,
en el frío de Edimburgo,
bajo la Luna de París,
contando las estrellas
en Sevilla, entre las
olas de Portugal...
Regresaron en forma
de verdad, en mi mar,
en mi mirar,
en mi ciudad en adopción,
adoptando como normal
las sonrisas y la felicidad...

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