¿Conoces otras vidas?
Yo sólo algunas,
muy pocas.
Siempre me asombro
ante la vida
que no tengo,
perplejo, asombrado
por la individualidad
del ser humano.
Apoyado en tus caderas
recorro tu mundo,
asimilando que en realidad
cada persona es distinta
en según qué momento.
Sabiendo que no sé nada,
descubriendo a otra persona
que siempre estuvo ahí dentro.
Así miramos el mundo,
desde nuestros adentros,
lo difícil es hacerlo
desde los afueras y
no perder ante el miedo
en el intento.
No dejar de ser tú,
cuando reconoces
que había otras formas
de verlo.
Sin perder tu visión,
porque no eres las visiones,
aunque me muestren
tus perfiles.
Eres mi luz
sin marchitar, eres
desde que te conozco
y cómo te reconozco.
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